La inversión de las empresas y sectores en visión artificial aumenta día a día, ya sea en investigación y desarrollo o en la implementación de soluciones existentes. Coches que se conducen solos, drones que te siguen para grabar la sesión de running, realidad virtual y aumentada o interfonos que reconocen la identidad de la persona que está llamando a la puerta, la visión artificial está cada vez más presente en nuestra vida diaria. Avances que hace solo diez años parecían de ciencia-ficción hoy no sorprenden a nadie, e incluso los nuevos perfiles de consumidor los dan por hechos.

La industria hace décadas que invierte en aplicaciones de visión artificial, se trata probablemente de uno de los sectores pioneros en la implementación de estos sistemas a la producción. Por ejemplo, al control de calidad, con la inspección de piezas o productos en la cadena de producción para detectar posibles defectos, o al escaneo de códigos de barras.

Pero el hecho de que cada vez más sectores lleven a cabo I+D en visión artificial ha hecho que esta avance de forma espectacular en los últimos años, de lo que se ha beneficiado la industria. La visión artificial ha innovado, pero también se ha integrado de forma más profunda en otras áreas: se han desarrollado algoritmos más complejos, machine learning, sensores y tecnologías basadas en cloud. Los nuevos sistemas de visión artificial son digitales, responden a las tendencias de la industria 4.0 y la IoT.

Así, entrando en detalles, ¿qué beneficios aporta a la industria la inversión en visión artificial?

1. Ahorro en los costes de los materiales

Por norma general, la aplicación de visión artificial para evitar la producción de piezas defectuosas tiene un período de amortización muy reducido. Se inspecciona o bien el 100% de la producción, o bien unas muestras —aleatorias o según un patrón regular establecido—. Así, se detectan a tiempo errores o desviaciones respecto a los parámetros que puedan invalidar la producción.

2. Ahorro en la mano de obra

Los sistemas de visión artificial automatizan muchos de los procesos que antes se realizaban manualmente, además de permitir ejecutarlos de forma más eficiente y precisa. Aunque es cierto que la automatización y la visión artificial requieren trabajadores especializados y con más conocimientos técnicos, se reduce su número, con lo que el coste total suele ser menor que en los sistemas de producción no automatizados.

3. Ahorro en costes de calidad

Cada vez más empresas exigen que sus proveedores cuenten con normativas ISO, que les garantizan unos estándares de calidad objetivos y fiables. La visión artificial nos permite realizar un control de la producción mucho más preciso, por lo que podemos responder de forma rápida y flexible a los requerimientos del cliente.

En resumen, la visión artificial ya forma parte de nuestro día a día a nivel personal, ha pasado de ser un elemento de mejora en las industrias a ser una ventaja competitiva, y está a un paso de ser absolutamente necesaria para el sector. Cuando llegue este momento, las industrias que ya lleven tiempo trabajando con visión artificial tendrán una clara ventaja sobre el resto.